Esta escala de etiquetas es más estricta y está diseñada de manera que muy pocos productos puedan alcanzar inicialmente la clasificación «A», lo que deja espacio para incluir productos más eficientes en el futuro y también entrarán en vigor varias normas sobre diseño ecológico, en particular sobre la reparabilidad y la obligación de que los fabricantes e importadores sigan disponiendo de piezas de recambio durante varios años después de que los productos hayan dejado de comercializarse.
Los productos más eficientes energéticamente que se comercializan en la actualidad normalmente irán etiquetados a partir de ahora como «B», «C» o «D». Las etiquetas incluirán varios elementos nuevos, como un enlace QR hacia una base de datos para toda la Unión Europea que permitirá a los consumidores acceder a información adicional sobre el modelo de producto como datos relativos a las dimensiones, características específicas o resultados de los ensayos, dependiendo del aparato.
El nuevo sistema ofrecerá más claridad a los consumidores y garantizará que las empresas sigan innovando y proponiendo productos superiores en eficiencia energética.. Esto también nos ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Todos los aparatos comercializados en la Unión deberán estar registrados en la nueva base de datos para toda la Unión EPREL, la base de datos europea de productos para el etiquetado energético. De este modo, se facilitará aún más la comparación de productos similares en el futuro.
Se calcula que las normas de la Unión sobre etiquetado energético reducirán el gasto de los consumidores en decenas de miles de millones de euros cada año, ofreciendo al mismo tiempo otros muchos beneficios para el medio ambiente y para los fabricantes y minoristas.
LINK: https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/es/IP_21_818